lunes, 28 de noviembre de 2011

El Ábside de los Milagros

Talamanca de Jarama es, sin duda alguna, la capital románica de nuestra comunidad autónoma. Aquí podemos encontrar dos espléndidos ábsides de los siglos XII y XIII, además de otros monumentos medievales, como su recinto amurallado y su célebre puente que, pese a tener un origen romano, fue profundamente transformado durante la Edad Media.

Tan rico es el patrimonio de este municipio que vamos a ir por partes a la hora de describirlo. Hoy le toca el turno al Ábside de los Milagros, conocido popularmente como El Morabito, lo único que queda de una antigua iglesia románico-mudéjar, erigida en pleno centro del pueblo, en lo que actualmente se corresponde con la Plaza de la Constitución.



En anteriores ocasiones hemos hablado del románico-mudéjar o románico de ladrillo, una corriente artística que nació en la provincia de León y que se propagó por Zamora, Salamanca, Valladolid, Ávila y Segovia, hasta alcanzar Guadalajara y la parte septentrional de la Comunidad de Madrid.

Realmente se trata de una degeneración del románico, cuya principal característica es el empleo del ladrillo en la fábrica, en lugar de la piedra. El uso de este material facilitó una sustancial reducción de los tiempos y costes de las obras, lo que explica la rápida expansión que tuvo este estilo en buena parte del Reino de Castilla y León.

A Talamanca el románico-mudéjar llegó a mediados del siglo XIII, cuando muy probablemente se decidió construir El Morabito. A esas alturas la población ya contaba con varios templos, entre ellos la Iglesia de San Juan Bautista, erigida un siglo antes siguiendo pautas puramente románicas y con una marcada influencia segoviana, y Santa María de la Almudena (igual que en Madrid), que fue la antigua mezquita.

En total, la ciudad llegó a contar con cinco iglesias en la Edad Media, de las cuales sólo han llegado hasta nosotros la ya citada de San Juan Bautista y la que ahora ocupa nuestra atención.



Y es que Talamanca de Jarama fue un núcleo de importancia, tanto en la época de la dominación musulmana, como una de las plazas fuertes más destacadas de la Marca Media madrileña, como después de la Reconquista cristiana, cuando quedó bajo el dominio del Arzobispado de Toledo. Llegó a ser cabeza de jurisdicción eclesiástica y civil de una amplia comarca.

Pero es que, con anterioridad al periodo medieval, ya hubo un asentamiento romano, como han puesto de manifiesto los vestigios hallados en diferentes puntos de la villa, entre ellos en el propio Ábside de los Milagros. La presencia de cascos de barro saguntinos en uno de sus esquinales hace pensar que, durante su construcción, fueron reciclados materiales procedentes de edificios romanos anteriores.

No olvidemos que Talamanca de Jarama es, junto a Villamanta y a la propia Madrid, una de las tres ciudades candidatas a ser la mítica Mantua Carpetana que aparece citada en el Itinerario de Antonino, del siglo III.

También se han encontrado numerosos restos visigóticos. Recientes excavaciones desarrolladas en el entorno de El Morabito han puesto al descubierto una necrópolis de aquella época, con sepulcros de ladrillo dispuestos alrededor de lo que parece ser la cabecera y la nave de una iglesia, a la que el Ábside de los Milagros terminó sustituyendo.

Descripción

El Ábside de los Milagros es uno de los monumentos románico-mudéjares más relevantes de la Comunidad de Madrid, por no decir el que más. Está formado por el ábside propiamente dicho, una estructura semicircular que se cubre con una bóveda de horno, y un tramo recto presbiterial, que conectaba con la desaparecida nave.



El exterior es la parte más interesante del conjunto. Las arcadas ciegas del ábside, distribuidas en tres bandas horizontales, nos informan de la habilidad decorativa de los alarifes medievales, con recursos muy efectistas en el manejo del ladrillo.

Los arcos están doblados y se suceden en número de diez en las franjas más extremas. La intermedia consta de uno menos, al tiempo que presenta una ordenación distinta, con los arcos descansando sobre la clave de los inferiores.

El dinamismo que genera esta distribución se rompe en el tramo recto. Las tres bandas de arcadas aparecen ahora perfectamente alineadas, cada una con dos arcos, que quedan enmarcados mediante molduras.

En lo que respecta al interior, se observan tres vanos, que se corresponden con los arcos segundo, quinto y octavo de la arquería intermedia del exterior del ábside. El central ha sido cegado y su lugar lo ocupa una hornacina renacentista.



El arco absidal está triplemente arquivoltado y es ligeramente apuntado. Uno de sus pilares descansa sobre un sillar que, muy probablemente, tiene un origen visigodo, dada su ornamentación floral con cuatro pétalos y botón central.

El presbiterio destaca por su imponente arco triunfal, igualmente apuntado, donde tenía su arranque la bóveda de cañón que cubría la nave. Presenta cuatro armaduras concéntricas de ladrillo.

El Ábside de los Milagros está construido con muros de mampostería de cantos rodados, revestidos interior y exteriormente con ladrillo. Los cimientos son de piedra.

Artículos relacionados

Este artículo pertenece a la serie "En busca del románico y del mudéjar", donde puedes encontrar estos otros reportajes:

- Colmenar de Arroyo y su patrimonio medieval
- La iglesia románico mudéjar de Nuestra Señora de la Nava
- El monasterio cisterciense de Valdeiglesias (1): historia
- El monasterio cisterciense de Valdeiglesias (2): descripción artística
- La ermita medieval de la Virgen de la Oliva, de Patones
- La iglesia medieval de Prádena del Rincón
- Románico en Chinchón
- La iglesia de Valdilecha y sus pinturas románicas
- La iglesia mudéjar de Boadilla
- Santa María la Antigua
- El Móstoles mudéjar
- La iglesia de Venturada, una muestra del románico madrileño
- La sorpresa románica del convento de La Cabrera

8 comentarios:

  1. Hola Jesús. Interesantísimo como siempre. Llama mucho la atención ese sillar vertical del basamento. Parece un resto de pilastra reutilizada como los otros materiales del zócalo, con origen visigodo como has apuntado. Es más curioso teniendo en cuenta que ese punto recibe los empujes inclinados del arco absidal y es probable que lo utilizasen como contrafuerte. También parece que para cumplir mejor esa misión utilizaran dos sillares de los que solo nos ha llegado uno de ellos y el misterioso hueco dejado por el expolio del otro.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Hola Jesús,
    ¡Magnífico artículo! Siempre desmenuzándonos el arte arquitectónico de la Comunidad de Madrid que, por lo que veo, bien poco conozco. Fantástica labor de investigación sobre este precioso Ábside de los Milagros. De referencia. ¡Felicidades!
    Un abrazo.

    PD: ¿Por qué le llaman El Morabito si no tiene ninguna apariencia de una construcción tal? Al menos de los que yo he visto por tierras africanas...

    ResponderEliminar
  3. Hola Antonio:
    Es que no se te escapa ningún detalle, con la simple observación de las fotos. Gracias por tus comentarios, que nuevamente vuelven a ilustrarnos. La verdad es que este rastreo arquitectónico resulta apasionante.

    Una abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  4. Hola Manuel:
    Pues sí, resulta extraño lo del nombre del "morabito". No encuentro la explicación, porque, es verdad, que no se parece a los morabitos de verdad. Y ni siquiera tiene arcos "arabizantes"...

    Gracias y un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  5. Hola Manuel. Cada vez que subes algo, me doy mas cuenta de que desconozco todas las maravillas que hay en estos pequeños pueblos de cerca de Madrid. Me voy tomando nota, para hacer algunas rutas turisticas.
    Enhorabuena por el post.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Hola Jose. El complemento perfecto: yo te enseño los monumentos casi olvidados y tú los montes, las cascadas, las cumbres... todo ese patrimonio natural madrileño, que me falta por conocer.

    Saludos, Jesús

    ResponderEliminar
  7. Hola Jesús,
    precioso lugar, como todos los que tú eliges,
    y completísimo post (como todos), enhorabuena.
    Por una vez, conozco esa ermita y ese bonito pueblo :-) me queda tanto por ver...
    ¡muchas gracias!

    ResponderEliminar
  8. Hola Mercedes:
    Talamanca fue una de esas plazas fuertes andalusíes, como nuestro Mayrit. Visitar sus vestgios es recorrer con la imaginación aquel Madrid musulmán y cristiano.

    Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar